Tanto dar el coñazo para estar en la cumbre del G-20, a la que España fue de prestado gracias a Francia, no lo olvidemos, para después encontrarnos con este vídeo que me han pasado --yo no lo he visto en ninguna tele, por cierto--. Reconozco que llega un momento en que el presidente del Gobierno me da hasta vergüenza ajena. Y un poco de pena.
L. W.
PD: Doy por hecho que el ridículo de Mariano Rajoy hubiera sido aún mayor, ya que estoy convencido de que hubiera aprovechado la ocasión para meterse el dedo en la nariz un rato.