Temerosos de que se produjeran altercados de primera magnitud, o algo así, los responsables de la Policía Local de Zaragoza han decidido esta mañana realizar un despliegue casi sin precedentes en la puerta de la catedral de La Seo. Las fotografías muestran como mucho cuatro, pero el Conde está en condiciones de afirmar que al menos seis agentes, por Dios, ¡¡¡seis!!!, franqueaban el paso al templo a la una de la tarde, que al parecer estaba a rebosar, y permitían la entrada por el sistema de gota a gota. Forjados en manejar el tráfico con eficacia probada durante años en esta ciudad, los polis locales no han tenido demasiados problemas en dominar la situación, menos mal, porque muchos de los allí presentes nos temíamos lo peor --que nadie menosprecie el poder de la fuerza de un grupo de devotos haciendo fila--.L. W.
