16 de febrero de 2009

Fútbol manchado

Hace muchos años que sospecho que el fútbol español no es inmaculado, ni mucho menos. No digo que esté todo manipulado, pero... limpio del todo no está. Soy de los que creen que cualquier año de estos saltará un bombazo como pasó en Italia hace dos o tres años con la Juve y compañía. O como pasó en Francia hace ya un tiempo con el Olympique de Marsella del ínclito Bernard Tapie. En un negocio donde hay tantos miles de millones en juego parece difícil que todo gire en función de que la bolita entre o no. Echar un vistazo a los presidentes y directivos de buena parte de los clubs sirve para apuntalar más si cabe todo tipo de sospechas. Menuda panda.

Hay en todo esto otro factor que me parece vital: los árbitros. A veces creo que un partido no hace falta que esté amañado o comprado para que su resultado esté adulterado por culpa del colegiado de turno. Pongo por ejemplo el Real Madrid-Osasuna de hace tres semanas en el Bernabéu. No creo que el Madrid comprara el partido. Es decir, no creo que el club blanco le diera dinero al árbitro por ganar. Creo que no le hizo falta y el árbitro y sus auxiliares se lo regalaron sin más, como hacen en muchas ocasiones con el pez grande en contra del pez chico. Ellos sabrán por qué. No sé si es que hay una mafia detrás o es que, además de malos y enfermos del afán de protagonismo, son tontos perdidos.

A mí, aunque salga el Real Madrid favorecido, todo esto me da mucho asco. De hecho, pongo otro caso escandaloso y que recordarlo aún me da náuseas: final de Copa entre Real Madrid y Zaragoza en Valencia, en 1994. Urío Velázquez debería haber sido detenido y puesto a disposición de la Justicia española al final del partido. Lo digo de corazón. (Creo que el destino supo compensar al Zaragoza años después en la final de Montjuic --para los no iniciados, soy casi tan madridista como Santiago Bernabéu--).

Hay otro tipo de partidos que quizá no se compren, pero se acicalan, se reblandecen, se preparan desde días antes. Es aquí donde incluyo el España-Malta. Un buen amigo de José Luis Roca, a la sazón presidente de la Española en el 93, me contó una vez que la víspera del partido los jugadores de Malta y sus mujeres (viaje que por lo visto también pagó la federación española) fueron agasajados todo el día como no se podían ni imaginar, incluyendo una visita a El Corte Inglés de Sevilla con casi TODOS los gastos pagados. ¿Os imagináis a un maltés en El Corte Inglés en el año 93 con barra libre para comprar lo que quiera?

No creo que aquella hazaña estuviera amañada, no seré yo quien manche ese logro sin pruebas, pero al mismo tiempo creo que en condiciones normales no se le pueden meter 12 goles a ninguna selección del mundo en una fase de clasificación. Uno de los rivales tienen que estar totalmente entregado.

Por cierto, para partido pactado entre los propios jugadores --no creo que entre clubs--, el Real Zaragoza-Real Madrid del año pasado en La Romareda (2-2). Creo que es la primera vez en la historia del fútbol que un equipo sale a dejarse perder y al final se lleva un punto y por poco gana. Tremendo lo del Zaragoza aquel día. Qué torpeza.

PD: Me guardo para otro día otra historia que me contaron. El resumen es este: Hace unos diez años alguien en nombre de un club de Primera ofreció dinero a la plantilla del Zaragoza por dejarse ganar pocos minutos antes del partido entre ambos. Estaban ya en el vestuario, listos para salir y la cantidad de dinero era tal, que hubo gente que pidió que se votara con el argumento de que ellos no se jugaban casi nada y el otro equipo mucho, y que probablemente iban a perder igual. Por lo visto 13 jugadores votaron que NO al soborno y tres que Sí. El partido terminó con derrota del Zaragoza pero los jugadores no cogieron ni un duro.
Uno de los jugadores que votaron que NO juró en la cara de los tres que votaron que SI que jamás les volvería a mirar a los ojos. A día de hoy me cuentan que lo cumple.