24 de febrero de 2009

Esto se hunde

Resulta poco alentador escuchar de boca de un ministro que siente envidia de un compañero de gabinete recién dimitido. Pero resulta incluso desagradable escucharlo concretamente de boca del ministro de economía, en una época en la que España no hace sino acumular ex trabajadores. Mucha gente que tenía trabajo y que, ERE por aquí, ERE por allá, se ha visto en la calle, aunque no en la misma precisamente en la que al parecer le gustaría estar a Pedro Solbes.

Se supone que este señor debería ser una referencia para una clase trabajadora que mira hacia delante y no ve absolutamente nada, ahora ya ni siquiera promesas. Es evidente que aún falta lo peor, pero el encargado de administrar la economía del país en una etapa que se antoja cruel preferiría salir corriendo en lugar de ponerse al frente de la situación. ¡Qué tristeza!. Si lo que de verdad quiere es marcharse, ya tarda; quizá no iría mal la llegada de una persona con ideas nuevas o, al menos, no un tristón al que no le importa reconocer de forma velada que aceptó seguir en el Gobierno tras las elecciones por un compromiso personal con Zapatero y no con el país.

Curiosamente, en otro alarde de oposición cero, el PP prefiere meterse en otras cacerías. Mariano Rajoy, que creyó haber descubierto la pólvora al fichar a Manuel Pizarro como futuro ministro de Economía, ha pasado del ex presidente de Endesa desde que éste perdió su cara a cara televisivo con Solbes todavía en campaña electoral --el efecto Pizarro duró diez días--. Lo lógico es que lleváramos ya varios meses escuchando a Pizarro ofrecer posibles soluciones, por lo menos ser la cara económica del PP, pero tiene menos sitio entre los suyos que el portero suplente del Madrid.

En resumen, el que está no puede salir corriendo porque él mismo se ha bajado los pantalones hasta los tobillos; y el que soñó con ocupar su sitio ni está ni se le espera. Este país se va a la mierda.