Desde el primer día ha dado la sensación que los listos estos que están detrás de Gran Scala han visto en Aragón la tierra ideal para hacer sus chanchullos. Su soberbia y complejo de superioridad --barnices propios de la mayoría de los yanquis-- les hace ver que Aragón es una especie de punto del mapamundi donde se juntan dos premisas ideales y complementarias: miles de hectáreas de terreno yermo donde se cuecen hasta los culebrones --siempre con todo el respeto para el cernícalo de Boné y los suyos-- y un grupo de lugareños agazapados debajo de la boina, algo avariciosos, cortos de miras y a los que se les podría comprar la tierra con cuatro centavos.
A ello no sumaron una premisa, sino una certeza que en este caso sí se acerca a la realidad: un grupo de políticos de perfil bajo, muy poco formados --aquí no sabe inglés ni dios-- y propensos a quedar deslumbrados con cualquier cena, espectáculo y regalo, y no precisamente por este orden.
Visto así las piezas encajan. Así se entiende que uno de los listos que mandan en Gran Scala, un tal Mark Campbell, nos tratara a todos por idiotas el pasado 8 de octubre diciendo que la crisis no iba a entorpecer el proyecto. Lo mejor de todo es cuando dijo, textualmente: "El sector del juego genera un cash flow (flujo de caja) muy positivo y no estamos afectados por la crisis financiera mundial". Este indocumentado se cree que en Aragón oímos algo así como cash flow y se nos caen la baba y los pantalones. En fin.
Lo mejor es que han pasado los días y resulta que, aunque ellos no lo saben, aquí en Aragón además de boinas tenemos internet en algunos sitios, al menos el suficiente como para enterarnos de que en la meca del juego, Las Vegas, la crisis no sólo no es una amenaza probable sino que sacude como en todo el mundo y que hay empresas que han visto descender sus beneficios hasta en un 67%. Ole.
Así que las palabras guays del tal Campbell y sus secuaces ya no cuelan, como no cuela que los plazos se cumplan y nada de lo que han prometido ocurra. No sabemos lo que es, pero que sepan estos tipejos que si se trata de cash flow, buena parte de los aragoneses lo tenemos tan grande como el que más... y no nos lo toca ni dios.
C. M.