18 de marzo de 2009

La masturbación más cara

En un nuevo ejercicio de onanismo político --quizá no sólo político--, José Angel Winston Churchill Biel ha decidido poner en marcha una campaña publicitaria de reafirmación del aragonesismo en autobuses, vallas y paradas de autobús. Para ello, el vicepresidente de la DGA ha decidido invertir nada menos que 600.000 euros, la que podría ser considerada ya como la masturbación más cara hecha en Aragón desde Fernando el Católico. Supongo que preguntar para qué, por qué o con qué objetivo no son sino disparos al aire ante este ejercicio de exaltación patrio --Somos Aragón, dice el lema-- que no viene a cuento y menos, en la época que nos encontramos.

Llama la atención que la campaña está firmada por el departamento de Vicepresidencia, una prueba más del egocentrismo de un individuo que por lo visto no se siente incluido en un único Gobierno aragonés, sino que va por libre. Desde que está en la poltrona, Winston Churchill Biel siempre se ha preocupado por individualizar mucho sus actos al margen de la acción del Gobierno que preside Marcelino Iglesias, e incluso firmarlos con nombres y apellidos.

Me pregunto cuál es el Aragón al que se refiere Biel en su campaña. Si es al de San Juan de la Peña, Ordesa, Loarre, Ainsa, Alquézar, el Pilar, La Seo, la Aljafería, Rueda, el Teruel mudéjar, Albarracín y el Maestrazgo --por poner unos ejemplos--, podría haber invertido en una campaña de atracción turística y reclamo, pero ¡¡¡fuera de la comunidad!!! Hubiera sido más práctico.
Pero me temo que Biel se refiere más al Aragón de Gran Scala, la Ciudad del Motor, el aeródromo de Caudé, la Telebiel, Dinópolis, San Juan de la Peña (nuevo), la explotación del Pirineo para el negocio de la nieve, la Comarcalización y otros proyectos-capricho deficitarios que hay en la comunidad que tienen algo muy curioso en común: su sola mención provocan una agradable reacción en la entrepierna del vicepresidente.

Está claro que Biel no se refiere al Aragón que mira a Figueruelas con angustia, el de los impagos y el miedo al futuro, el que se ha quedado huérfano de Fluvi, el Aragón maltratado por sus cajas de ahorro, el de la desconfianza en los políticos, el que ayer vio saltar por los aires la alcaldía de La Muela, por cierto, del PAR --este tema, para otro día, je, je,je--, el Aragón, al fin y al cabo, que precisamente ve ahora cómo un tipo que sólo ha recibido 1,2 de cada 10 votos en las últimas autonómicas (2007) se gasta 600.000 euros de dinero público sin más objetivo que facilitar sus propios tocamientos. Si no, no se entiende.