Hoy se cumple un año de la presentación a todo trapo de Gran Scala en el espacio más noble del Pignatelli. Una fiesta memorable a la que acudió todo aquel que pinta, mejor dicho, que creía o
cree pintar algo en Aragón. Sí, un año de que se hiciera la foto que ilustra esta entrada, donde el presidente de Aragón (Iglesias), el vicepresidente (Biel) y dos de sus mariachis (Larraz y Aliaga) juegan a las cheerleaders con tres bultos sospechosos no identificados de los que no se ha sabido nada o casi nada en los últimos 365 días.
Ha pasado un año y la broma sigue en el aire. Un tufillo a cachondeo rodea todo lo que tiene que ver con la hipotética construcción de ese megacomplejo de juego y ocio en el que se suponen que se van a invertir 17.000 millones de euros. El proyecto más importante de la historia de Aragón desde Fernando el Católico, decía entonces José Ángel Winston Churchill Biel, un tipo que ahora dice a los cuatro vientos que los aragoneses en masa queremos "fervientemente" Gran Scala. Qué coño sabrá él lo que queremos los aragoneses.
Cómo explica el señor Biel que, de momento, lo único que se sabe de Gran Scala es que una pandilla de mequetrefes con un largo historial de dejar pufos a sus espaldas en distintas partes del mundo quiere firmar contratos de compra de tierras en Ontiñena adelantando sólo el 4% del precio estipulado. ¡¡¡El 4%!!! y se reservan los derechos durante 8 meses. Vamos que esto huele a proyecto serio por todos los lados.
Pero al margen o no lo que hagan esos listillos que han creído ver en Aragón el lugar ideal para tomar el pelo al personal, lo que verdaderamente preocupa es el papel de nuestros políticos. En manos de quién estamos. Qué tipo e personajillos mandan en esta comunidad capaces de hacerse una foto tan infame como esa, con cara de creerse cualquier cosa dicha en inglés --no saben ni papa--, y seguir ahí, como si nada. El tiempo dirá, pero esa famosa foto lleva camino de ser la estampa más vergonzosa de la historia reciente de Aragón.
C. M.
PD: Hoy a las siete de la tarde está prevista una concentración popular contra Gran Scala en la Plaza de España de Zaragoza.